¿Tienes más de 40 años?
¿Tienes algún familiar con glaucoma?
¿Eres miope?
¿Eres diabético?
¿Eres de origen afroamericano?
¿Estás en tratamiento prolongado con corticoides?
Si has respondido sí a alguna de estas preguntas, deberías acudir a un oftalmólogo para que descarte que tengas glaucoma y realizarte revisiones al menos cada 2 años. 1 de cada 2 persona con glaucoma lo desconoce1.
Se trata de una enfermedad del nervio óptico que comienza a eliminar silenciosamente la visión desde la periferia hasta el centro por lo que cuando la persona se da cuenta es demasiado tarde.
¿Por qué debo descartar que tenga glaucoma si yo veo bien?
La única manera de saber si tienes glaucoma es acudir a un oftalmólogo. El glaucoma NO da síntomas y además es irreversible. NO hay NADA que haga sospechar que tienes glaucoma en los estadios leves y moderados de la enfermedad. El glaucoma más frecuente NO duele. El glaucoma NO ocasiona ninguna alteración en tu vista hasta que no está avanzado.
¿Cómo puedo prevenir el glaucoma?
En determinadas personas, debido a una predisposición genética o como un efecto secundario asociado a otras enfermedades oculares, se puede desarrollar el glaucoma. Es por esto que no se puede realizar una clásica prevención en primaria instancia de esta enfermedad. Es decir, actualmente no existen recomendaciones de estilo de vida o de dieta para poder evitarla.
En el caso del glaucoma, lo que sí se puede hacer es realizar una detección precoz, de tal manera que ante un primer signo de daño del nervio óptico se puedan realizar tratamientos efectivos que reduzcan al mínimo la posibilidad de empeoramiento y poder así garantizar una función visual totalmente plena hasta el final de la vida del paciente con glaucoma.
Por supuesto, como en la gran mayoría de las enfermedades, un diagnóstico precoz es la clave del éxito.
¿Qué tratamiento tiene el glaucoma?
La presión intraocular es el único factor que se puede modificar en el glaucoma. Es por ello que los diferentes tratamientos se centran en reducir dicha presión. El inicio del tratamiento suele ser con gotas o láser y en el caso de que no éstos no funcionen o que la enfermedad empeore a pesar de los tratamientos, entonces recurrimos a la cirugía.
Debido a las posibles complicaciones de las cirugías tradicionales, lo normal es que la intervención quirúrgica se reservara a pacientes con enfermedad avanzada. Sin embargo, a día de hoy existen nuevas técnicas de cirugía mínimamente invasiva con un riesgo quirúrgico menor y una recuperación más rápida.
Así se puede ofrecer una solución a pacientes con glaucoma leve-moderado en los cuales la medicación tópica no controla la presión intraocular o presentan problemas de cumplimiento terapéutico, por ejemplo, por alergia a las gotas.
- Gupta P, Zhao D, Guallar E, Ko F, Boland MV, Friedman DS. Prevalence of Glaucoma in the United States: The 2005-2008 National Health and Nutrition Examination Survey. Invest Ophthalmol Vis Sci. 2016 May 1;57(6):2905–2913.