Al nacer, la agudeza visual es muy deficiente. De hecho, los bebés son hipermétropes y pueden llegar a tener hasta 4 dioptrías; esto se debe a que el estado refractivo (de graduación) del ojo cambia a medida que la longitud antero-posterior del globo ocular del ojo lo hace, y la córnea y el cristalino se aplanan. También, otros defectos que tienen los ojos de los bebés cuando nacen, suele ser el astigmatismo oblicuo que es común en los lactantes y remite a menudo antes de los 18 meses.
Durante las primeras semanas de vida, los bebés recuperan la fijación mediante movimientos oculares rápidos o espasmódicos, pero no es hasta los 2 ó 3 meses cuando la mayoría de los lactantes muestran una fijación central y realizan un seguimiento suave. A esta etapa, se le conoce como período crítico del desarrollo visual. Según avanza la edad del bebé, la agudeza visual mejora más lentamente y llega al nivel del 60% aproximadamente antes de los 3 años.
Para que el bebé tenga una visión estereoscópica o en 3 dimensiones se requiere que tenga una alineación ocular correcta, es decir ausencia de estrabismo, y una estimulación de la retina similar en ambos ojos (ausencia de ojo vago).
Entre los 3 a los 5 meses los niños empiezan a distinguir colores y las imágenes ganan nitidez
Es en la etapa de los 3 a los 5 meses, cuando los niños empiezan a distinguir colores y las imágenes ganan nitidez. A medida que van adquiriendo los aprendizajes básicos, se va produciendo en paralelo su desarrollo perceptivo-visual con visión normal.
Sin embargo, existe la creencia, muy extendida, de que los niños no deben ser llevados al oftalmólogo antes de que puedan colaborar para la exploración. Se trata de un falso mito, ya que el pediatra explora al recién nacido y al lactante y si encuentra un problema o sospecha que puede haberlo, deriva al niño a un oftalmólogo pediátrico que realizará una exploración completa incluyendo test de agudeza visual preverbal, una valoración de la graduación mediante retinoscopía y una exploración del fondo de ojo.
El estrabismo o bizqueo puede ser normal hasta los 3-4 meses
Normalmente, los trastornos visuales más frecuentes son defectos de graduación elevados o diferentes entre los dos ojos, que pueden derivar en un ojo vago. Este trastorno es evitable o reversible si se detecta a tiempo, siendo el pronóstico mejor cuanto antes se detecte. El estrabismo o bizqueo también es un trastorno común que puede ser normal hasta los 3-4 meses, pero si persiste debe ser evaluado por un oftalmólogo.
Existen otros síntomas de alarma más importantes y que siempre son evaluados por los pediatras, es la falta de reflejo rojo retiniano o aparición de reflejos blancos o amarillos (pupila blanca), que pueden ir asociados a patologías oculares graves como la catarata congénita o el retinoblastoma.