Obstrucciones vasculares de la retina

Las obstrucciones vasculares de la retina constituyen actualmente una causa importante de disminución de visión en la población general. Las obstrucciones vasculares de la retina son, en frecuencia, la segunda enfermedad vascular de la retina tras la retinopatía diabética.

Manifestaciones:

Tipos de obstrucciones vasculares de la retina

Oclusión de arteria central de la retina o sus ramas

Es una enfermedad rara ya que su incidencia es de sólo 1 caso por cada 100.000 habitantes. Produce una pérdida súbita de la visión ya que al obstruirse la arteria central de la retina, se produce una interrupción completa del flujo sanguíneo de la retina (salvo en el 20% de los casos que poseen una “arteria auxiliar” que se llama arteria cilio-retiniana).

Estas obstrucciones están causadas por émbolos. Los factores de riesgo principales para tener émbolos son: tabaquismo, obesidad, hipertensión, hiperlipidemia, diabetes y enfermedad cardíaca.

Los émbolos que producen la obstrucción pueden ser de tres tipos fundamentales:
  1. Émbolos de colesterol que se originan en las arterias carótidas.
  2. Émbolos de plaquetas y fibrina que se originan en las placas de arteriosclerosis de los grandes vasos.
  3. Émbolos cálcicos que se originan en las válvulas cardíacas de pacientes con valvulopatías.

La obstrucción de la arteria central de la retina es una auténtica urgencia oftalmológica y se debe actuar lo antes posible. A partir de los 90 minutos, se comienzan a producir daños irreversibles. Existen distintos tratamientos oftalmológicos para intentar movilizar el émbolo, llegando incluso a realizarse en ocasiones la extracción quirúrgica del émbolo. La eficacia de estos tratamientos es, por desgracia, bastante limitada en la mayoría de los casos.

La obstrucción de la arteria central de la retina, debe considerarse como un ictus, y como tal, el paciente debe ser referido a una unidad de ictus para que se inicien tratamientos que ayuden a prevenir la aparición de otro ictus en cualquier localización del cerebro.

Oclusión de vena central de la retina o sus ramas

La oclusión de vena es la segunda causa más frecuente de pérdida de visión de origen vascular tras la diabetes. La prevalencia es de 5,2 casos por cada 1.000 habitantes. Los factores de riesgo son edad mayor de 60 años, hipertensión arterial, hiperlipidemia, diabetes, enfermedad vascular periférica, hiperhomocisteinemia, anticuerpos antifosfolípido, hiperviscosidad sanguínea por hematocrito alto, apnea obstructiva del sueño y el glaucoma.

En la oclusión de vena, la obstrucción se produce porque se crea un trombo dentro del mismo vaso sanguíneo. Los pacientes experimentan una pérdida de visión central o una pérdida de visión de cierta parte del campo visual.

La pérdida de visión se debe a la hemorragia retiniana que se produce, al edema macular y a la isquemia retiniana. Además, la isquemia retiniana puede dar lugar a la formación de neovasos con nuevas posibles complicaciones como hemorragias vítreas o glaucoma neovascular.

El principal tratamiento en las oclusiones de vena es la inyección en el ojo (inyección intravítrea) de fármacos antiangiogénicos y a veces también de corticoides. Los antiangiogénicos consiguen que hasta un 71% de los pacientes ganen 15 letras o más de visión al año de iniciar el tratamiento.

A nivel sistémico, se debe estudiar si el paciente padece hipertensión arterial, hiperlipidemia o hiperglucemia. Además, se debe realizar un hemograma y una velocidad de sedimentación globular (VSG).

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