La oculoplástica es la rama de la oftalmología que se encarga del tratamiento de las alteraciones de los párpados, la órbita (cavidad ósea en la que se aloja el globo ocular) y la vía lagrimal.
Los párpados son una parte fundamental del sistema visual. Su función más obvia es la protección del globo ocular. Sin embargo, tienen también otras funciones igualmente importantes. Contienen glándulas como las glándulas de Meibomio, cuyo orificio de salida está en el borde del párpado, que secretan un componente muy importante de la lágrima. Además, ejercen una función de barrido de la superficie ocular que contribuye a su limpieza y sobre todo y de manera muy importante a distribuir de manera uniforme la película lagrimal sobre la superficie del ojo. La frecuencia con la que parpadeamos es la necesaria para que la película lagrimal permanezca estable sobre la superficie de los ojos.
La lágrima se produce en la glándula lagrimal, situada en el ángulo superoexterno de la órbita. Posteriormente la lágrima es eliminada a través de la vía lagrimal. Ésta vía lagrimal comienza en unos orificios situados en los párpados, a nivel del canto interno del ojo y de ahí, a través de unos conductos muy finos, drenan el contenido lagrimal en la nariz.
El lagrimeo puede tener muchas causas que pueden englobarse en aquellas propiciadas por una producción aumentada de lágrima o por una disminución en su eliminación o “desagüe”.
En el primer caso, el lagrimeo por producción aumentada de lágrima, el exceso de lágrima es una respuesta fisiológica a un irritante de la superficie ocular (frío, viento, sustancias químicas…), a una enfermedad de la superficie del ojo o incluso a una inestabilidad de la propia lágrima por alteración en la producción de grasa por parte de las glándulas del párpado (glándulas de meibomio) en el contexto de una blefaritis.
El lagrimeo intermitente en el exterior, con frío o con viento, es bastante frecuente y no tiene necesidad de tratamiento salvo que impacte enormemente en la calidad de vida de la persona. Sin embargo, el lagrimeo secundario a una patología de la superficie del ojo o a una blefaritis, una vez realizado un diagnóstico preciso, requerirá un tratamiento adecuado según la patología causante.
En el segundo grupo de causas de lagrimeo encontramos los producidos por una disminución en la eliminación de la lágrima. En estos casos de lagrimeo, la producción de lágrima es normal, pero se produce un bloqueo en el conducto de drenaje y, como consecuencia, un rebosamiento de la lágrima que se sale del ojo y cae por la mejilla. A este fenómeno le llamamos epífora. La epífora es un síntoma muy frecuente que puede causar molestias y afectar a la calidad de vida de la persona que la padece.
El lugar del bloqueo al drenaje de la lágrima puede estar en cualquier punto del conducto nasolagrimal, pero los lugares más frecuentes de bloqueo son:
El tratamiento de la epífora causada por patología de los puntos lagrimales es la puntoplastia o ensanchamiento quirúrgico de los puntos lagrimales o la cirugía para corregir una malposición de los párpados y colocar el punto lagrimal en el lugar correcto para recoger adecuadamente la lágrima.
El tratamiento de la obstrucción canalicular es con cirugía, la cual es compleja y requiere de un especialista en oculoplástica con experiencia.
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