Los ojos se mueven gracias a 6 músculos extraoculares, dos horizontales, dos verticales y dos rotatorios o torsionales.
Todos los músculos extraoculares están inervados por el nervio llamado tercer par craneal o nervio oculomotor, excepto dos músculos: el músculo recto lateral, encargado de mover el ojo hacia fuera, que está inervado por el nervio sexto par craneal y el músculo oblícuo superior que está inervado por el nervio cuarto par craneal.
La causa más frecuente de la parálisis del sexto par craneal en adultos es el traumatismo y la causa microvascular, aunque existen otras más raras que deben descartarse.
Las parálisis del cuarto par craneal pueden dividirse en congénitas y adquiridas.
Se incluye dentro de las alteraciones inervacionales craneales congénitas (CCDDs) y se cree que puede estar causado por una alteración en el desarrollo del núcleo cerebral del nervio troclear o por un desarrollo anormal del nervio periférico.
En el caso de los niños con parálisis congénita del cuarto par craneal, el síntoma más frecuente va a ser el tortícolis con cabeza inclinada sobre el lado sano y mentón abajo, ya que, aunque el niño/a no sea consciente, busca la posición donde va a conseguir una adecuada visión binocular y evitar la visión doble o diplopía. A veces también se observa una alteración en el desarrollo de la cara (hipoplasia facial) en el lado de la inclinación de la cabeza (en el lado sano).
En el adulto puede ocurrir que se ponga de manifiesto una parálisis del cuarto par craneal consecuencia de una descompensación de una parálisis congénita asintomática.
Son adultos que refieren visión doble o diplopía con el cansancio, tras beber alcohol, cuando están enfermos o cuando visión se deteriora por cataratas, por ejemplo. Estos casos los distinguimos de los adquiridos por que han desarrollado mecanismos adaptativos compensadores y si investigamos con fotos antiguas, observamos ya un tortícolis de causa ocular compensador en las fotos de la infancia.
Las causas más frecuentes son la traumática y la microvascular. La aparición de una parálisis adquirida del cuarto par craneal obliga a un estudio diagnóstico riguroso para descartar causas subyacentes graves.
Los pacientes con parálisis adquirida del cuarto par craneal tendrán visión doble o diplopía vertical o en diagonal (un objeto encima de otro o en diagonal), mayor de cerca que de lejos y mayor en mirada abajo. Además, para evitar la zona del campo visual con mayor desviación, tenderán a torcer la cabeza sobre el hombro del lado sano con mentón abajo, desarrollando un tortícolis de causa ocular.
En la mayoría de adultos con una parálisis aislada del sexto par craneal de causa microvascular, se va a producir una mejoría espontánea durante el primer año, en muchos casos con recuperación completa.
Cuando la parálisis es secundaria a un traumatismo, esta recuperación espontánea es más difícil, requiriendo en mayor medida tratamiento intervencionista.
El tratamiento inmediato consiste en oclusiones para evitar la visión doble o diplopía, pudiendo realizar una adaptación prismática en los casos donde sea posible.
El tratamiento intervencionista incluye:
Las causas más frecuentes de una parálisis del tercer par craneal son el traumatismo, lesiones cerebrales compresivas, causa microvascular y causas infecciosas o inflamatorias.
La presencia de una parálisis del tercer par craneal obliga a un estudio diagnóstico riguroso para descartar causas subyacentes graves que requieran un tratamiento inmediato.
El tratamiento de la parálisis del tercer par craneal irá dirigido fundamentalmente a solventar la causa del mismo.
Desde el punto de vista oftalmológico, el objetivo inicial del tratamiento será aliviar los síntomas de visión doble o diplopía, bien con oclusiones o adaptación prismática.
En el caso de una parálisis del tercer par craneal que no se recupera una vez transcurridos 6 - 12 meses y cuya desviación permanece estable, puede plantearse una cirugía de estrabismo o cirugía de ptosis para corregir los defectos residuales.
En el caso de las parálisis congénitas, al tratarse de un problema del desarrollo, no se va a conseguir una recuperación espontánea. Sí que con cirugía rehabilitadora del estrabismo vamos a poder equilibrar las fuerzas de los músculos compensadores logrando corregir el tortícolis de forma significativa y logrando un adecuado desarrollo de la visión binocular.
En el niño/a con parálisis del cuarto par congénita, el tratamiento irá dirigido a favorecer el desarrollo visual normal y evitar el tortícolis. Debemos conseguir una adecuada posición de la cabeza que permita el desarrollo de la visión binocular y evitar el ojo vago o ambliopía.
El tratamiento de la parálisis del cuarto par craneal congénita que causa un tortícolis significativo será la cirugía de estrabismo.
El tratamiento de la parálisis del cuarto par craneal adquirida dependerá de la causa del mismo por lo que un abordaje diagnóstico riguroso nos permitirá enfocar el tratamiento más adecuado.
Desde el punto de vista oftalmológico, el objetivo inicial del tratamiento será aliviar los síntomas de visión doble o diplopía, bien con oclusiones o con adaptación prismática. En el caso de una parálisis adquirida del cuarto par craneal que no se recupera una vez transcurridos 12 meses y que presentan una desviación significativa con visión doble o diplopía, puede plantearse una cirugía de estrabismo.
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