El nistagmo también puede ser consecuencia de una de una borrosidad intensa de la imagen retiniana durante el primer mes de vida como pueden ser unas cataratas congénitas, con el desarrollo de ojo vago bilateral intenso y nistagmo sensorial a menos que la imagen se aclare antes de los dos meses de edad.
Se han identificado diversas formas de nistagmo de aparición en los primeros meses o años de vida. Estas formas serían:
Nistagmo motor congénito:
Suele reconocerse en los primeros años de vida, a veces hay antecedentes en la familia. Pueden ser niños que alcancen una buena visión. En los casos con disminución de la visión, ésta puede deberse o no al nistagmo por lo que con frecuencia son necesarias pruebas complementarias para descartar lesiones en la vía visual o enfermedades oculares como la amaurosis congénita de Leber o el albinismo.
Se trata de un nistagmo de los dos ojos, horizontal y la principal característica de este nistagmo es la presencia de una zona de la mirada con bloqueo del movimiento. A veces esa posición no está en la mirada de frente y los niños tuercen la cabeza (tortícolis) para alcanzarla. En ocasiones tienen un estrabismo asociado. Existen tratamientos como la toxina botulínica o la cirugía que irán encaminados a reducir la oscilación y tratar de mejorar en lo posible la agudeza visual, corregir el estrabismo y el tortícolis.
Nistagmo latente:
Nistagmo horizontal que se asocia casi siempre a desviación hacia dentro de los ojos (endotropía). Se pone de manifiesto cuando uno de los ojos está tapado y si ocurre con los dos destapados se llama nistagmo latente manifiesto. Se trata de una entidad benigna.
Nistagmo monocular infantil:
Forma rara pero importante de nistagmo. Movimientos verticales de un ojo, de pequeña amplitud. Puede asociarse a lesiones graves por lo que se suele pedir una prueba de imagen y valoración conjunta con un neurólogo.
Spasmus nutans:
Tipo de nistagmo que se desarrolla en el primer año de vida. Se trata de un nistagmo binocular e intermitente que asocia movimientos de la cabeza, a menudo sutiles. Se trata de un trastorno benigno, aunque se puede asociar a estrabismo y ambliopía. Típicamente los movimientos oculares y de la cabeza suelen desaparecer antes de los 10 años. Puede ser unilateral y hay que hacer diagnóstico diferencial con el anterior.
