El astigmatismo tiene su origen en más de un 90% en la córnea y el resto en el cristalino. Se debe a que la córnea no es una semiesfera perfecta. Por el contrario, es habitual que tenga unos meridianos más curvos que otros. La diferencia entre el meridiano más curvo y el más plano, es la cantidad de astigmatismo.
Lo que ocurre en una córnea con astigmatismo significativo, es que los rayos de luz que atraviesan el meridiano más curvo no se van a enfocar en el mismo lugar que los que atraviesan el meridiano más plano. Esto da lugar a un desenfoque de la imagen retiniana. El síntoma más habitual que experimentan los pacientes con astigmatismo es una cierta borrosidad tanto de lejos como de cerca. Otro síntoma frecuente es la sensación de ver los contornos desdoblados, esto es especialmente llamativo con las luces por la noche.
Es necesario destacar que cierto grado de astigmatismo es normal en la raza humana. El astigmatismo suele afectar a la visión cuando es mayor de 0.75 dioptrías. Aunque el astigmatismo puede aparecer solo, la mayor parte de las veces se asocia a miopía o a hipermetropía, dando así lugar a astigmatismos miópicos y astigmatismos hipermetrópicos.
En la mayoría de los casos, el astigmatismo es sólo un defecto visual. Sin embargo, en otros casos puede ser un signo de que está empezando a aparecer alguna enfermedad en la córnea como el queratocono. Por eso, es muy importante que ante un astigmatismo de aparición brusca o un astigmatismo que cambia rápidamente, se acuda a un oftalmólogo para realizar un estudio de la córnea.
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