La distrofia corneal más frecuente es la distrofia endotelial de Fuchs. Afecta alrededor de un 4% de la población mayor de 40 años en los Estados Unidos.
Lo que ocurre es que a partir de un determinado momento de la vida, generalmente la cuarta o quinta década, estas células endoteliales comienzan a morir a un ritmo más alto del normal. Esto puede condicionar que en un momento determinado ya no haya un número de células suficientes para desarrollar su función. De este modo, la córnea se edematiza (se “hincha” por exceso de agua) y entonces va perdiendo su característica fundamental que es la transparencia.
El diagnóstico se puede realizar incluso años antes de que la distrofia pueda dar síntomas. Se hace gracias a un tipo especial de microscopio que se llama microscopio especular, el cual permite contar el número de células por mm2 y también analizar la morfología de estas células.
Por suerte, hoy en día existe un buen tratamiento para la distrofia endotelial de Fuchs. En las fases iniciales puede no necesitar tratamiento o ser suficiente el tratamiento con cloruro sódico hipertónico que ayuda a sacar por ósmosis el exceso de agua de la córnea. Cuando la limitación visual comienza a ser evidente, el mejor tratamiento es el trasplante de córnea selectivo del endotelio: la DMEK.
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Cita PreviaEstas células se encargan de que la córnea tenga el contenido exacto de agua que permita su mejor transparencia. Tienen como característica especial, que al igual que las neuronas, son células que no se dividen. Es decir, nacemos con un alto número de células y de forma normal se van perdiendo a un ritmo de un 0.6% al año. En ausencia de patología, el número de células con que nacemos, nos permitiría llegar a los 120 años sin problemas de fracaso endotelial.
Efectivamente, sigue teniendo tratamiento. Sin embargo, cuando está avanzada, ya existe cicatrización y esto significa que la alteración ya no sólo es del endotelio sino que afecta a otras capas de la córnea. Por eso, a veces en fases avanzadas no se puede hacer un trasplante de córnea selectivo del endotelio sino que no queda más remedio que realizar un trasplante completo de toda la córnea (queratoplastia penetrante). El trasplante de espesor completo, proporciona una menor recuperación visual y además un postoperatorio mucho más largo y con más problemas potenciales.
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