Las cicatrices corneales aparecen tras la curación de alguna lesión importante de la córnea. El problema de las cicatrices en la córnea es que alteran la principal característica de la córnea que es la transparencia. La córnea es transparente gracias a la perfecta organización de las láminas de colágeno que la componen y a que no tiene vasos sanguíneos.
Cuando se produce una agresión importante a la córnea, se produce una desorganización de las láminas de colágeno por lo que se pierde transparencia. Además, cuando una lesión ha tardado mucho en curarse, pueden aparecer vasos sanguíneos en la córnea para aportar sustancias que ayuden a la curación. Sin embargo, si estos vasos permanecen, también disminuirán la transparencia de la córnea.
La causa más frecuente son las infecciones corneales. Cualquier tipo de infección corneal puede producir cicatrices en la córnea. Los pacientes con infecciones por el virus Herpes, pueden tener cicatrices como secuela de cada reactivación del virus.
Otra causa frecuente son los traumatismos corneales (cuerpos extraños impactados en la córnea, traumatismo con ramas, etc).
Por último, las quemaduras con productos químicos también pueden producir cicatrices corneales.
Por suerte no todas lo producen. La pérdida de visión se produce por dos mecanismos:
El tratamiento depende de la morfología, localización y profundidad de la cicatriz. Las cicatrices superficiales se pueden eliminar con el empleo del láser excímer mediante una técnica que se llama PTK. En la PTK, el láser vaporiza el tejido cicatricial haciendo que así se recupere la transparencia de la córnea.
Sin embargo, en cicatrices profundas, no se puede aplicar el láser y la única opción puede ser el trasplante de córnea o queratoplastia.
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