La operación de cataratas es una intervención que se hace con anestesia local (se ponen unas gotas que duermen el ojo) y un poco de sedación para quitar el posible nerviosismo del paciente. La cirugía dura 15-20 minutos y el paciente puede irse a su casa en la misma mañana o tarde en la que es operado. Tendrá eso sí que volver a la clínica al día siguiente para realizar la primera revisión tras la cirugía.
Se trata de eliminar el cristalino opaco.
El cristalino opaco es lo que hace que la luz no lo pueda atravesar limpiamente y enfocarse en la retina. Por tanto, en la cirugía, se abre el envoltorio del cristalino (que se llama saco capsular), y se elimina el contenido opaco del cristalino.
Esto se hace a través de una incisión de sólo 2 mm. A través de esa incisión, se introduce un instrumento que fragmenta el cristalino en trocitos muy pequeños que el mismo instrumento después aspira. Una vez eliminado todo el contenido opaco, en ese saco o envoltorio del cristalino que ahora está limpio y vacío, se introduce la lente intraocular.
El implante de la lente intraocular es imprescindible en la operación de cataratas.
Como el cristalino es una lente, si se quita y no se sustituye por nada, el ojo quedaría con muchas dioptrías y el paciente seguiría viendo borroso. De hecho, el gran avance en la cirugía de la catarata ha venido entre otras cosas con el desarrollo de las lentes intraoculares.
Los grandes avances tecnológicos han permitido la fabricación de lentes intraoculares que no sólo dan gran calidad visual sino que además son muy precisas y compatibles con los tejidos oculares. Por tanto, la cirugía de la catarata no sólo sirve para devolver la visión al paciente sino que con el implante de la lente intraocular, ese paciente puede ya no necesitar usar gafas.
Actualmente hay sobre todo 3 tipos distintos de lentes intraoculares:
Monofocales: como su propio nombre indica, estas lentes dan un solo foco. Lo que se hace habitualmente es que ese foco sea el de lejos, de modo que el paciente puede ver bien sin gafas los objetos que están a más de 1 metro y medio pero necesitará gafas para ver todos los objetos que estén más cerca, esto es, tanto la distancia intermedia (ordenador) como cerca (lectura). Esto no significa que no den buena visión, de hecho, la calidad visual es excelente pero el paciente sigue dependiendo de las gafas para muchas actividades del día a día.
Trifocales: Las trifocales son un tipo de lente multifocal que consiguen dar buena visión en las 3 distancias que más se usan en el día a día. Dan un foco para la distancia lejana que es la que se usa para conducir o ver la TV (lo que está más lejos de 1 metro y medio), otro foco para la distancia intermedia que es la que se usa sobre todo para el ordenador (60-70 cm) y otro foco para la distancia cercana que es la que se usa para leer libros o ver el teléfono (unos 40 cm). Así pues, estas lentes tienen como gran ventaja que la mayoría de los pacientes no necesitan volver a usar gafas (más del 90% no usa gafa para ninguna actividad). El inconveniente que tienen es que producen una cierta distorsión de las luces cuando se está en oscuridad, se ve un cierto halo alrededor de las luces. Esto puede ser más notorio para aquellas personas que conducen mucho por las noches.
Lentes con foco extendido: Este último tipo de lentes se sitúan entre las dos anteriores. Consiguen dar buena visión sin gafas tanto de lejos como también en el foco intermedio (ordenador) aunque habitualmente no dan suficiente visión en cerca y los pacientes necesitan gafas para leer. Comparándolas con las monofocales, aportan visión intermedia sin gafas que las monofocales no consiguen. Si las comparamos con las trifocales, consiguen dar visión de lejos e intermedia sin gafas aunque no dan la visión de cerca sin gafas que sí dan las trifocales. Como principal ventaja de alguno de los últimos modelos de lentes de foco extendido frente a las trifocales es que no producen distorsión de las luces por la noche.
Es necesario añadir que todos los tipos de lentes anteriormente descritos, pueden corregir también el astigmatismo en aquellos pacientes que lo tengan. En este caso, las lentes llevan el apellido de “tórica”. Si un paciente tiene astigmatismo significativo y éste no se corrige durante la cirugía de la catarata, el paciente no conseguirá buena visión sin gafas tras la cirugía y tendrá cierto grado de visión borrosa a todas las distancias.
En el siguiente vídeo, el Dr. Fernández Buenaga es entrevistado en TVE1 por la periodista Mariló Montero acerca de los distintos tipos de lentes intraoculares.
Se trata de eliminar el cristalino opaco. La cirugía de cataratas dura 15-20 minutos. Para ello:
Se abre el envoltorio del cristalino (que se llama saco capsular), y se elimina el contenido opaco del cristalino. Esto se hace a través de una incisión de sólo 2 mm.
Se introduce un instrumento que fragmenta el cristalino en trocitos muy pequeños que el mismo instrumento después aspira.
Se introduce la lente intraocular. Una vez eliminado todo el contenido opaco, en ese saco o envoltorio del cristalino que ahora está limpio y vacío, se introduce la lente intraocular.
La respuesta es rotundamente sí.
Como el cristalino es una lente, si se quita y no se sustituye por nada, el ojo quedaría con muchas dioptrías y el paciente seguiría viendo borroso. De hecho, el gran avance en la cirugía de la catarata ha venido entre otras cosas con el desarrollo de las lentes intraoculares.
Los grandes avances tecnológicos han permitido la fabricación de lentes intraoculares que no sólo dan gran calidad visual sino que además son muy precisas y compatibles con los tejidos oculares. Por tanto, la cirugía de la catarata no sólo sirve para devolver la visión al paciente sino que con el implante de la lente intraocular, ese paciente puede ya no necesitar usar gafas.
En nuestro centro, disponemos de toda la tecnología necesaria para considerar a la cirugía de la catarata como una ocasión de oro no sólo de dar visión al paciente sino de conseguir que esa visión sea posible conseguirla sin depender de las gafas.
Sí, hay muchos tipos distintos de lentes.
La parte más bonita, interesante pero que también requiere mayores conocimientos, es saber aconsejar a cada paciente la mejor lente para su caso. Esto es así porque una misma lente no funciona igual en todos los ojos ni en todos los pacientes. Esto forma parte del “arte” en la cirugía de la catarata, asesorar a cada paciente para implantar aquella lente que le vaya a dar las mejores prestaciones y la mayor satisfacción final.
Podemos encontrar tres tipos de lentes intraoculares:
Monofocales: como su propio nombre indica, estas lentes dan un solo foco.
Trifocales: Las trifocales son un tipo de lente multifocal que consiguen dar buena visión en las 3 distancias que más se usan en el día a día.
Lentes con foco extendido: Este último tipo de lentes se sitúan entre las dos anteriores.
Los cambios de graduación que suelen ocurrir a partir de los 45 años, se deben al envejecimiento del cristalino. Como en la cirugía de la catarata se elimina el cristalino, se elimina lo que producía los cambios. Así pues, en un paciente operado de catarata, los cambios de graduación que se esperan en el futuro son mínimos o casi nulos. Por ello, es interesante buscar la manera de que el paciente quede sin graduación tras la cirugía porque así podrá disfrutar de esa situación el resto de su vida.
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